Dra. María Lorena Re Domínguez
Médica, especialista en dermatología clínica, quirúrgica y estética.

¿Las manchas oscuras en el rostro tienen solución?

Antes que nada, debemos entender que existen distintos tipos de manchas.

Comencemos por definir las manchas como una zona plana de la piel que presenta una hiperpigmentación, es decir, un oscurecimiento. Esto puede deberse a factores hormonales, a exposición a radiaciones ultravioletas (UV) como el sol, a procesos inflamatorios locales en la piel que han curado con un oscurecimiento, a alguna infección local, o al crecimiento de un nuevo lunar e inclusive por alguna lesión maligna.

Por lo tanto, una mancha oscura en la piel puede ser desde una hiperpigmentación post inflamatoria, un melasma, efélides (pecas), lentigos solares o seniles, lunares o inclusive un cáncer de piel como el melanoma. De aquí la importancia de consultar siempre con el médico especialista en piel, pelos y uñas, quien es el dermatólogo, quien sabrá diferenciar los distintos tipos de manchas, hacer un diagnóstico correcto y a partir de allí establecer un plan de tratamiento adecuado.

¿Cuándo debe llamarnos la atención una mancha?

En general debemos acudir al dermatólogo por lo menos una vez al año para controlar nuestros lunares y manchas; y es el médico dermatólogo quien nos dirá si necesitamos un control más frecuente o si alguna de nuestras “manchas” requiere ser tratada, o extirpada y estudiada, o si podemos realizar algún tratamiento dermoestético para mejorarla o eliminarla.

En general debemos prestar especial atención cuando la mancha es de aparición reciente, es asimétrica, presenta bordes irregulares y/o varios colores, crece bruscamente, tiende al sangrado y no cura, o si presenta alteraciones de la sensibilidad.

 ¿Cuáles son las manchas más frecuentes en el rostro?

Dentro de las lesiones benignas las más frecuentes son:

  • El melasma: también conocido como cloasma, es muy común en las mujeres, constituye una forma de hiperpigmentación que aparece en forma de áreas grandes y oscuras en la cara (en especial en las mejillas, la nariz, la frente y el labio superior), aunque también puede afectar otras partes del cuerpo.  La melanina es el pigmento que otorga color a la piel, el aumento en su producción es el causante del melasma, dicho aumento se debe a cambios hormonales, en especial los que se originan durante y después del embarazo, o durante la ingesta de anticonceptivos o terapia de reemplazo hormonal, así como con los cambios que ocasiona la exposición al sol en la piel.
  • La hiperpigmentación post inflamatoria: constituye una hiperpigmentación posterior a un proceso inflamatorio en la piel, que puede aparecer en cualquier parte de la superficie cutánea, incluidas mucosas y uñas. Ocurre a cualquier edad y no existe predilección de sexo. Se desarrolla de manera más frecuente en pacientes con piel oscura. Existen diversas etiologías tales como dermatosis inflamatorias, infecciosas, reacción a medicamentos, procedimientos quirúrgicos, quemaduras y traumatismos. El acné es una de las causas más frecuentes.
  • Los lentigos solares: son manchas redondeadas de superficie plana, con pigmentación homogénea (oscilando entre el marrón y el negro). Con el tiempo aumentan en número y tamaño. Aparecen sobre todo en zonas expuestas al sol (cara, manos, brazos, antebrazos, escote), y se observan con más frecuencia en personas de pieles claras. Son consecuencia del fotodaño inducido por la exposición crónica y prolongada a la radiación UV del sol, o a fuentes artificiales de radiación UV (camas y duchas solares).

¿Existen tratamientos para estas manchas benignas?

Existen varios tratamientos, que según sea el caso, inclusive podemos combinarlos para optimizar los resultados. Es fundamental consultar con el dermatólogo para definir la rutina domiciliaria de cuidado de la piel, definir el o los tratamientos a realizar, y para preparar la piel para la realización de dichos tratamientos de gabinete, de tal manera a minimizar lo máximo posible los eventuales efectos secundarios que pueden aparecer, propios de este tipo de tratamientos.

  • Skin care: Lo primero es establecer una rutina dermatológica con productos orientados a inhibir la formación de manchas; el dermatólogo, de acuerdo con el caso y al tipo de piel, elegirá y/o combinará productos tales como hidroquinona, retinoides, alfa hidroxiácidos, vitamina C, antioxidantes, entre otros. En este punto es fundamental el uso del protector solar, con un producto de amplio espectro que cubra contra radiaciones UVA, UVB e inclusive infrarrojo, preferiblemente que sea con un factor de protección solar (SPF) de por lo menos 30, y que la cosmética del producto sea apta para el fototipo y biotipo de piel del paciente.
  • Peeling químico: es un procedimiento dermatológico que implican la aplicación de una solución química para exfoliar la piel (es decir, produce una descamación controlada de la piel para eliminar las células muerta), estimular el crecimiento de nuevas células, y poner al descubierto piel nueva. De acuerdo con el producto utilizado, puede tener un efecto a nivel de la piel de tipo superficial, medio o profundo. Por lo general se realizan sesiones con intervalos de 15 a 30 días, siendo la cantidad de sesiones variables de acuerdo con el caso del paciente.
  • Luz Pulsada Intensa y Laser: son dispositivos médicos, que emiten un haz de luz de alta energía con los que se puede impactar de manera selectiva las áreas afectadas, preservando la piel circundante. Los tratamientos más suaves se dirigen a la epidermis (la capa superficial), mientras que los más intensos pueden penetrar en las capas más profundas de la piel.
  • Medicamentos tomados por vía oral: tales como protectores solares orales, antioxidantes, y ácido tranexámico, los cuales tienen sus indicaciones y contraindicaciones precisas, por lo que deben estar indicados por los médicos.

¿Cómo podemos prevenir la aparición de manchas?

La medida más significativa que se puede adoptar es el uso adecuado del protector solar, el cual debe aplicarse cada 3 horas. Debemos tener en cuenta que los rayos de sol afectan a la piel incluso en los días nublados o con lluvia, de modo que igual se debe realizar una adecuada fotoprotección en esos días e incluso en invierno. Además de adoptar medidas tales como no exponerse al sol durante las horas de radiación más intensa, es decir, entre las 10:00 y las 16:00; usar ropas que cubran la mayor extensión posible de piel, usar sombrillas, sombreros y lentes. Evitar lámparas solares, camas y duchas de bronceado.

Y recordá que, para el tratamiento de las manchas, lo importante es acudir con tu médico dermatólogo de confianza. Te espero en mi consultorio. 

Leave a Reply