• Doctor en Medicina y Cirugía. Egresado de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción.
  • Neurocirujano. Especializado en el Hospital de Clínicas de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción.
  • Especialista en Didáctica Universitaria. Facultad de Enfermería y Obstetricia de la Universidad Nacional de Asunción.
  • Neurocirujano del Hospital de Clínicas de la Universidad Nacional de Asunción.
  • Neurocirujano del Hospital Rigoberto Caballero de la Policía Nacional.
  • Encargado de Cátedra de Fisiopatología en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción.
  • Encargado de Cátedra de Medicina Interna en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción.
  • Encargado de Cátedra de Semiología Médica en la Facultad de Enfermería y Obstetricia de la Facultad de la Universidad Nacional de Asunción.
  • Encargado de Cátedra de Anatomía II – práctica, en la Facultad de Enfermería y Obstetricia de la Facultad de la Universidad Nacional de Asunción.
  • Encargado de Cátedra de Fisiopatología en la Facultad de Enfermería y Obstetricia de la Facultad de la Universidad Nacional de Asunción.
  • Asesor Médico de Megalabs.

Dolor lumbar y dolor cervical se encuentran entre las razones más frecuentes de consulta médica. El dolor suele ser consecuencia de problemas del sistema músculo-esquelético, en especial de la columna vertebral, incluidas las estructuras óseas (vértebras), los discos y los músculos y ligamentos que las mantienen unidas. En algunos casos, el dolor lumbar es consecuencia de un trastorno que no afecta el sistema músculo-esquelético.

El dolor lumbar (lumbalgia o lumbago) aumenta su frecuencia a medida que las personas envejecen, afectando a más de la mitad de los mayores de 60 años.

La columna lumbar es flexible para permitir el giro, la torsión y la flexión, y proporciona fuerza para pararse, caminar y levantar objetos. Por tanto, la región lumbar participa en casi todas las actividades cotidianas. El dolor lumbar limita muchas actividades y disminuye la calidad de vida.

¿Qué es tener dolor lumbar?

El dolor lumbar crónico es el dolor que nace en la zona lumbar baja y que persiste en el tiempo. El dolor lumbar puede estar asociado a dolor ciático (compresión del nervio ciático) o presentarse aisladamente.

¿Cuáles son las causas del dolor lumbar?

La mayor parte de los dolores lumbares están causados por trastornos localizados en la columna vertebral y las articulaciones, músculos, ligamentos y raíces nerviosas adyacentes, o por trastornos de los discos intervertebrales. Con frecuencia, no se puede identificar una única causa. Cualquier trastorno doloroso de la columna puede causar contracturas reflejas (espasmos) de la musculatura paravertebral. Estas contracturas pueden empeorar el dolor existente.

Causas frecuentes de dolor lumbar son:

Lesiones en los músculos y ligamentos Artrosis
Fracturas vertebrales por compresión Rotura de anillo fibroso o hernia discal Estenosis vertebral (o raquídea) lumbar Espondilolistesis

Fibromialgia

¿Cuál es la evaluación del dolor lumbar?

El médico tiene como objetivo identificar cualquier trastorno grave. Debido a que el dolor lumbar a menudo está producido por diversas patologías, puede que no sea posible identificar una causa específica. En ocasiones el médico solo puede determinar que la causa es un trastorno músculo-esquelético y cuál es la probabilidad de su gravedad.

¿Cuáles son los signos de alarma característicos?

En las personas con dolor lumbar, ciertos síntomas y las características de estos síntomas pueden ser preocupantes. Entre estos se incluyen los siguientes:

Antecedentes de cáncer
Utilización de fármacos inmunosupresores,
infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) sida, uso de fármacos por vía parentereal, cirugía reciente, o una herida (circunstancias, todas ellas, que aumentan el riesgo de infección)

Entumecimiento, debilidad en una o ambas piernas, dificultad para vaciar la vejiga (retención de orina) o pérdida de control de la vejiga o del intestino (incontinencia urinaria o incontinencia fecal). Todos ellos son síntomas que sugieren daño nervioso o compresión de la médula espinal.

Fiebre, pérdida de peso, dolor nocturno intenso. Dolor abdominal o torácico, o sensación de pulso en la parte superior del abdomen, síntomas que sugieren un aneurisma aórtico abdominal. Vómitos, dolor abdominal intenso o heces de color negro o sanguinolentas (síntomas que sugieren un trastorno digestivo)

Dificultad para orinar, sangre en la orina o dolor intenso de tipo cólico en un único lado y que irradia hacia la ingle (síntomas que sugieren un trastorno de las vías urinarias)

¿Cuándo se debe acudir al médico especialista?

Se debe consultar con un médico de inmediato si aparece fiebre o síntomas sugestivos de una lesión neurológica, un aneurisma aórtico abdominal, un trastorno digestivo o un trastorno de las vías urinarias. Si se presenta cualquiera de los demás signos de alarma se debe consultar con un médico ese mismo día. Si el dolor no es grave y el único signo de alarma es dolor lumbar que dura más de 6 semanas, no se trata de una urgencia médica.

¿Cómo se puede prevenir el dolor lumbar?

El riesgo de desarrollar lumbalgia se puede reducir haciendo lo siguiente:

Realizar ejercicio.

Fortalecimiento y estiramiento de los músculos Mantener un peso saludable.

Mantener una buena postura.

Usar técnicas de levantamiento adecuadas.

La manera más eficaz de prevenir el dolor lumbar es practicar ejercicio de forma regular. Son beneficiosos el ejercicio aeróbico, el fortalecimiento muscular específico y los ejercicios de estiramiento.

El ejercicio aeróbico, como nadar y caminar, mejora la condición física y fortalece los músculos en general.
Los ejercicios específicos de fortalecimiento y estiramiento muscular del abdomen, los glúteos y la espalda (musculatura del tronco) ayudan a estabilizar la columna vertebral y a disminuir las tensiones que sufren los discos que amortiguan la columna vertebral y los ligamentos que la mantienen en su posición.

Los ejercicios de fortalecimiento muscular incluyen ejercicios de báscula pélvica y abdominales.

Los ejercicios de estiramiento incluyen los estiramientos llevando la rodilla al tórax.

Los ejercicios de estiramiento pueden aumentar el dolor de espalda en algunas personas, por lo que deben realizarse con precaución.

Como regla general, se debe suspender cualquier ejercicio que origine o incremente el dolor de espalda.

Los ejercicios deben repetirse hasta que la persona perciba que sus músculos están moderadamente fatigados, pero no totalmente extenuados.

Es importante una respiración adecuada durante cada ejercicio.

Las personas con dolor de espalda deben consultar con un médico especialista antes de comenzar a practicar ejercicio.

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